El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Lectura obligatoria

Este curso vamos a leer "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes Saavedra.





Edición primera original

LECTURA DE LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS

Prólogo
Capítulos del I al VIII.
Capítulos XV, XVI, XVII y XVIII.
Capítulos XX, XXII, XXX, XXXIII y XXXV.
Capítulos XXXIX y XLI.
Capítulos XLVI, XLVII y XLVIII.
Capítulo LII



2ª parte


Prólogo
Capítulos I, II, III, V y VII.
Capítulos IX y X.
Capítulos del XIII al XVIII.
Capítulos XXIII, XXV y XVI.
Capítulos XXX, XXXI, XXXII y XXXV.
Capítulos del XXXVI al XL.
Capítulos XLII, XLIII y XLIV.
Capítulos XLV, XLVII, XLVIII y XLIX.
Capítulos del Li al LVI.
Capítulos LIX y LX.
Capítulos del LXII al LXXIV.



Se ha dicho que don Quijote constituía una sátira encubierta del heroísmo que condujo a los españoles a realizar grandes hazañas en el siglo XVI; constituiría así el testimonio de la "decadencia nacional". ¿Puede mantenerse o debe ser rechazada esta opinión?


El prólogo. ¿Dónde escribió Cervantes el Quijote? ¿Se ampara en ello para captar la benevolencia del lector ante sus posibles defectos? Cervantes se burla de los autores que publicaban sus libros precedidos de elogios; ¿por qué? [Hoy sabe­mos, sin embargo, que no halló escritores de renombre que quisieran escribir tales elogios.] Finalidad de la novela. Consejos que le da su amigo para que la obra sea agradable.






Obra original

Caligramas de 4º D


Caligramas de los alumnos de 4ºD

Pepe Serrano, 4º D



David Armero, 4º D


María Cuenca, 4º D

Guillermo Del Cura, 4º D


Jorge Gómez, 4º D






La poesía contemporánea. La Generación del 27

Para repasar lo visto en clase.

Para conocer este grupo de poetas, puedes empezar por aquí.

Para profundizar en estos poetas, debes visitar esta página.

Comentario del siguiente poema:

Llanto por Ignacio Sánchez Mejías

El poema recitado











La cogida y la muerte 

A las cinco de la tarde.

Eran las cinco en punto de la tarde.

Un niño trajo la blanca sábana
a las cinco de la tarde.

Una espuerta de cal ya prevenida
a las cinco de la tarde.

Lo demás era muerte y sólo muerte
a las cinco de la tarde.

El viento se llevó los algodones
a las cinco de la tarde.

Y el óxido sembró cristal y níquel
a las cinco de la tarde.

Ya luchan la paloma y el leopardo
a las cinco de la tarde.

Y un muslo con un asta desolada
a las cinco de la tarde.

Comenzaron los sones del bordón
a las cinco de la tarde.

Las campanas de arsénico y el humo
a las cinco de la tarde.

En las esquinas grupos de silencio
a las cinco de la tarde.

¡Y el toro, solo corazón arriba!
a las cinco de la tarde.

Cuando el sudor de nieve fue llegando
a las cinco de la tarde,

cuando la plaza se cubrió de yodo
a las cinco de la tarde,

la muerte puso huevos en la herida
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

A las cinco en punto de la tarde.

Un ataúd con ruedas es la cama
a las cinco de la tarde.

Huesos y flautas suenan en su oído
a las cinco de la tarde.

El toro ya mugía por su frente
a las cinco de la tarde.

El cuarto se irisaba de agonía
a las cinco de la tarde.

A lo lejos ya viene la gangrena
a las cinco de la tarde.

Trompa de lirio por las verdes ingles
a las cinco de la tarde.

Las heridas quemaban como soles
a las cinco de la tarde,

y el gentío rompía las ventanas
a las cinco de la tarde.

A las cinco de la tarde.

¡Ay qué terribles cinco de la tarde!
¡Eran las cinco en todos los relojes!
¡Eran las cinco en sombra de la tarde!


La sangre derramada. 

¡Que no quiero verla!

Dile a la luna que venga,
que no quiero ver la sangre
de Ignacio sobre la arena.

¡Que no quiero verla!

La luna de par en par,
caballo de nubes quietas,
y la plaza gris del sueño
con sauces en las barreras

¡Que no quiero verla¡

Que mi recuerdo se quema.
¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!

¡Que no quiero verla!

La vaca del viejo mundo
pasaba su triste lengua
sobre un hocico de sangres
derramadas en la arena,
y los toros de Guisando,
casi muerte y casi piedra,
mugieron como dos siglos
hartos de pisar la tierra.

No.

¡Que no quiero verla!

Por las gradas sube Ignacio
con toda su muerte a cuestas.
Buscaba el amanecer,
y el amanecer no era.
Busca su perfil seguro,
y el sueño lo desorienta.
Buscaba su hermoso cuerpo
y encontró su sangre abierta.
¡No me digáis que la vea!
No quiero sentir el chorro
cada vez con menos fuerza;
ese chorro que ilumina
los tendidos y se vuelca
sobre la pana y el cuero
de muchedumbre sedienta.
¡Quién me grita que me asome!
¡No me digáis que la vea!
No se cerraron sus ojos
cuando vio los cuernos cerca,
pero las madres terribles
levantaron la cabeza.
Y a través de las ganaderías,
hubo un aire de voces secretas
que gritaban a toros celestes,
mayorales de pálida niebla.
No hubo príncipe en Sevilla
que comparársele pueda,
ni espada como su espada,
ni corazón tan de veras.
Como un rio de leones
su maravillosa fuerza,
y como un torso de mármol
su dibujada prudencia.
Aire de Roma andaluza
le doraba la cabeza
donde su risa era un nardo
de sal y de inteligencia.
¡Qué gran torero en la plaza!
¡Qué gran serrano en la sierra!
¡Qué blando con las espigas!
¡Qué duro con las espuelas!
¡Qué tierno con el rocío!
¡Qué deslumbrante en la feria!
¡Qué tremendo con las últimas
banderillas de tiniebla!
Pero ya duerme sin fin.
Ya los musgos y la hierba
abren con dedos seguros
la flor de su calavera.
Y su sangre ya viene cantando:
cantando por marismas y praderas,
resbalando por cuernos ateridos
vacilando sin alma por la niebla,
tropezando con miles de pezuñas
como una larga, oscura, triste lengua,
para formar un charco de agonía
junto al Guadalquivir de las estrellas.
¡Oh blanco muro de España!
¡Oh negro toro de pena!
¡Oh sangre dura de Ignacio!
¡Oh ruiseñor de sus venas!
No.

!Que no quiero verla!

Que no hay cáliz que la contenga,
que no hay golondrinas que se la beban,
no hay escarcha de luz que la enfríe,
no hay canto ni diluvio de azucenas,
no hay cristal que la cubra de plata.
No.

!Yo no quiero verla! 


Cuerpo presente. 

La piedra es una frente donde los sueños gimen
sin tener agua curva ni cipreses helados.
La piedra es una espalda para llevar al tiempo
con árboles de lágrimas y cintas y planetas.

Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas
levantando sus tiernos brazos acribillados,
para no ser cazadas por la piedra tendida
que desata sus miembros sin empapar la sangre.

Porque la piedra coge simientes y nublados,
esqueletos de alondras y lobos de penumbra;
pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego,
sino plazas y plazas y otras plazas sin muros.

Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido.
Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura:
la muerte le ha cubierto de pálidos azufres
y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.

Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca.
El aire como loco deja su pecho hundido,
y el Amor, empapado con lágrimas de nieve
se calienta en la cumbre de las ganaderías.

¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa.
Estamos con un cuerpo presente que se esfuma,
con una forma clara que tuvo ruiseñores
y la vemos llenarse de agujeros sin fondo.

¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice!
Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón,
ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente:
aquí no quiero más que los ojos redondos
para ver ese cuerpo sin posible descanso.

Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura.
Los que doman caballos y dominan los ríos;
los hombres que les suena el esqueleto y cantan
con una boca llena de sol y pedernales.

Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra.
Delante de este cuerpo con las riendas quebradas.
Yo quiero que me enseñen dónde está la salida
para este capitán atado por la muerte.

Yo quiero que me enseñen un llanto como un río
que tenga dulces nieblas y profundas orillas,
para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda
sin escuchar el doble resuello de los toros.

Que se pierda en la plaza redonda de la luna
que finge cuando niña doliente res inmóvil;
que se pierda en la noche sin canto de los peces
y en la maleza blanca del humo congelado.

No quiero que le tapen la cara con pañuelos
para que se acostumbre con la muerte que lleva.
Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido.
Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar! 


Alma ausente 

No te conoce el toro ni la higuera,
ni caballos ni hormigas de tu casa.
No te conoce el niño ni la tarde
porque te has muerto para siempre.

No te conoce el lomo de la piedra,
ni el raso negro donde te destrozas.
No te conoce tu recuerdo mudo
porque te has muerto para siempre.

El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y monjes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

Porque te has muerto para siempre,
como todos los muertos de la Tierra,
como todos los muertos que se olvidan
en un montón de perros apagados.

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto.
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia.
La madurez insigne de tu conocimiento.
Tu apetencia de muerte y el gusto de tu boca.
La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen
y recuerdo una brisa triste por los olivos. 




Actividad final


CALIGRAMAS


Un caligrama es una poesía con forma.
Caligrama: poema cuyos versos se disponen dibujando imágenes.
Caligrama:Son composiciones tipográficas que reproducen la forma del factor literario que motiva, desarrolla o explica la narración. Tuvieron su origen en el surrealismo literario. Consiste en jugar con la disposición espacial del texto. Es un recurso de poética, principalmente.
CaligramaApollinaire001
Apollinaire
Un caligrama (del francés calligramme) es un poema visual en el que las palabras "dibujan" o conforman un personaje, un animal, un paisaje o cualquier objeto imaginable.
Debemos al poeta vanguardista Guillaume Apollinaire la moda de la creación de este tipo de poemas visuales en el siglo XX. La influencia de Apollinaire en la poesía posterior a 1918 supuso la creación de numerosos ejemplos de poemas visuales en diversas lenguas y culturas.
Cabe recordar no obstante que los orígenes del caligrama se remontan a la antigüedad, y se conservan en forma escrita desde el período helenístico griego
Poesía visual y fonética 

Parte de la búsqueda constante de los poetas es el redescubrir nuevas formas de expresión de la palabra.

Dentro de estos movimientos encontramos aquellos en donde la palabra se presenta como una expresión principalmente visual o auditiva, que bajo ciertas circunstancias producen un efecto todavía más profundo en el lector.










Programa para hacer caligramas.

Otro programa para hacer caligramas


Línea de tiempo de los alumnos de 3º A

IES LA FLOTA.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 
LÍNEA DE TIEMPO DE 3º DE ESO.



Pastora Soler Iniesta, 3º A

Proceso creador en la poesía

Aquí tienes ejemplos de originales de poetas consagrados.


Poema Pax, de Rubén Darío


Juan Ramón Jiménez 



Poema "Tarde" de Juan Ramón Jiménez










Poema de Federico García Lorca, de su libro Poeta en Nueva York





Otro poema de ese mismo libro:



Poema de José Hierro dedicado a Antonio Machado


Poema de José Hierro, de 1982


Morfología y Sintaxis. Repaso de conceptos básicos

Aquí tienes una serie de actividades de repaso de todo lo visto en clase hasta ahora.

Morfología de 3º de ESO: palabras variables.

Morfología II de  de ESO: palabras invariables.

Sintagmas. Tipos y funciones.

Ejercicios con soluciones.

Ejercicios para hacer en clase:

1. Escribe la función sintáctica realizada por las palabras subrayadas.

Los alumnos escuchaban atentos las palabras del profesor.
Carlos aterrizó cansado del viaje en avión.
Tu hermana estaba cansada por el esfuerzo.
Estos apuntes son de mi compañero.
El padre se quedó petrificado de la noticia.
Mi hermana es de San Fernando.


2. Indica la función sintáctica del sintagma señalado.

El jugador será sancionado por el comité
Declararon inocente al acusado
Me acuerdo de aquel pueblo
Recuerdo aquel pueblo con emoción
Le di un beso a Teresa
Raquel miró en diagonal el artículo
Le dije en conciencia la verdad a Pablo
Le dije a Gabriel que viniera pronto
¿Para qué vamos a comer?
Esa chica práctica es de La Manga
La silla ha sido encolada esta mañana por Luis
Yo les traigo de su parte los bocadillos
Tranquilo iba por la calle tu hermano
A su madre le propuso una tregua
Contestó nervioso a las preguntas del profesor
Me gusta bastante fastidiar
Alicia contó la película a sus hermanos
Nos veremos más tarde en tu casa
En Luis confiaremos una vez más a pesar de su traición
Le vemos muy joven.