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La poesía española desde los años 40 a la actualidad


Para repasar lo visto en clase puedes ver esta presentación
La poesía española desde 1939 from elisapg

Lecturas recomendadas:

Dámaso Alonso: “Insomnio” y “Mujer con alcuza” (de Hijos de la ira, 1944).
Gabriel Celaya: “La poesía es un arma cargada de futuro” (de Cantos íberos, 1955).
Blas de Otero: “A la inmensa mayoría” (de Pido la paz y la palabra, 1955).
José Hierro: “Canto a España” (de Quinta del 42, 1952).
José Agustín Goytisolo: “Palabras para Julia” (1981).
Ángel González: “Para que yo me llame Ángel González” (de Áspero mundo, 1956) e “Inventario de lugares propicios al amor” (de Tratado de urbanismo, 1967).


Para leer textos de los autores tratados, tienes esta antología.

Elegía a Ramón Sijé cantada por Serrat



http://youtu.be/vKPhKUCcIQc




ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ 
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta. 

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las ladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

JAIME GIL DE BIEDMA. No volveré a ser joven





Versión musicalizada de No volveré a ser joven









PARA AMPLIAR CONOCIMIENTOS

Miguel Hernández

Miguel Hernández tuvo una vida trágicamente truncada por las secuelas de la guerra. Su obra sirve de puente entre dos etapas de la poesía española. De una parte se le considera epígono de la generación del 27 y de otra se le incluye en la generación del 36. Nació en Orihuela (1910) en una familia pobre. Fue pastor pero leyó mucho y participó en tertulias literarias. En 1934 se traslada a Madrid y traba amistad con Neruda. Cuando estalló la Guerra Civil se alistó como voluntario del lado de la República. Se casó durante la contienda. Su primer hijo murió y el segundo nació cuando la guerra estaba acabando. El poeta fue encarcelado y murió de tuberculosis en la cárcel de Alicante en 1942.
Su tono humanísimo y sus palabras salidas directamente del corazón son sus características.

En una primera etapa, en su adolescencia, coincide con la moda gongorina. Escribe Perito en lunas (1934). Con El rayo que no cesa alcanza la plenitud poética.  En él se consolida su tríptico temático: la vida, el amor y la muerte. Al llegar la guerra escribió Viento del pueblo (1937), poesía comprometida. En Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) depura su expresión y se centra en el amor. En esta época escribe las estremecedoras Nanas de la cebolla.




Los años cuarenta: poesía arraigada y desarraigada 

A partir de los años 40, tras los desastres ocasionados por la Guerra Civil, incluidas las muertes,
el presidio o el exilio de numerosos autores, se crea un vacío literario que obliga a reconstruir
el panorama poético nacional, influido por la rígida censura de posguerra, periodo que se inicia
con dos tendencias poéticas contrapuestas: la poesía arraigada y la poesía desarraigada.

Los poetas arraigados de la década de los 40 colaboran inicialmente con el régimen franquista
para más tarde distanciarse críticamente de este y utilizan como medio de expresión revistas
como Escorial o Garcilaso. Integran este grupo los poetas Luis Rosales (La casa encendida),
Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y José García Nieto. Los poetas se
cobijan en una existencia agradable, distanciada de la realidad del país, con un lenguaje
sencillo y pretendidamente cotidiano que ensalza aspectos como la religiosidad, que aporta
serenidad y confianza, las raíces de la tierra o la familia. Emplearán la métrica tradicional y las
fórmulas poéticas del Siglo de Oro, aunque a veces recurren al verso libre.

Opuesta a la corriente anterior la poesía desarraigada cultiva una línea existencialista. Autores
representativos de este movimiento son Dámaso Alonso (Hijos de la ira), Vicente Aleixandre 
(Sombra del paraíso), Eugenio de Nora, Victoriano Crémer, Blas de Otero (Áncia) o José Hierro
(Tierra sin nosotros) entre otros. El tema principal de las composiciones poéticas de este grupo
de autores desarraigados es la expresión de una religiosidad crítica con la cual reprochan a
Dios su silencio y su ausencia en un mundo de desolación y ruina. Dios no es ya un símbolo de
equilibrio y serenidad, sino la única posibilidad de salvación del hombre, por lo que se dirigen a
él increpándole y mostrándole el sufrimiento del mundo. Otros temas recurrentes serán la
angustia, el descontento y el malestar vital del ser humano ante las consecuencias de la Guerra
Civil, expresados con tono violento.



Los años cincuenta. La poesía social 

Hacia 1955 se consolida el llamado Realismo social. A esa fecha corresponden dos libros de
poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos íberos de
Gabriel Celaya. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial y
empiezan a situar los problemas humanos en un marco social. El poeta se hace solidario de los
demás hombres, de modo tal que debe tomar partido ante los problemas del mundo que le
rodea. La poesía se convierte, pues, en instrumento para transformar el mundo.

En cuanto a la temática, el tema de España es el más importante, con un enfoque político y
crítico. Los poetas expresan el dolor que sienten por España y la protesta ante la realidad
española, la Guerra Civil y sus consecuencias. Otros temas serían la injusticia social, el mundo
del trabajo o el anhelo de una sociedad mejor. Estos temas explican el estilo de los poemas: los
poetas se dirigen a la mayoría y por ello usan un lenguaje claro, intencionadamente prosaico
muchas veces y un tono coloquial, todo ello junto al empleo del verso libre, que confiere un
tono narrativo al poema.

Blas de Otero. En 1955 se inicia un nuevo ciclo en su poesía con el libro Pido la paz y la
palabra. Como en Machado, sus sentimientos por España son amor y dolor a un tiempo.
Amor por las tierras españolas y dolor por el pasado remoto y cercano. En 1964 escribe
Que trata de España, en el que destacan los abundantes poemas dedicados a cantar las
tierras de España y a grandes españoles: Cervantes, Machado...

Gabriel Celaya. En Cantos iberos y Las cartas boca arriba señalará que la poesía es un
instrumento de trabajo en la sociedad capitalista, un instrumento que hay que poner al
servicio de la liberación del hombre contra la opresión de la sociedad.

José Hierro. Escribe en 1952 Quinta del 42. Es la obra en la que canta y asume su condición
de hombre histórico, y con ella la circunstancia del mundo que le tocó vivir. Los hombres
que formaban la Quinta del 42 fueron unos hombres profundamente decepcionados, ya
que fue la primera quinta que no participó en la guerra. Por ello no pudieron demostrar un
heroísmo que les hubiera dado sentido a sus vidas.

Los años sesenta: poesía del conocimiento 

Hacia los años 60 aparece un grupo de poetas que plantean un cambio: la idea del poema
como acto de conocimiento frente a la noción de poesía como comunicación y acción. Son
autores nacidos en torno a 1936 englobados en la llamada “Generación de los 50” formada por
autores como Claudio Rodríguez, Ángel González, José Ángel Valente y Francisco Brines.
Dentro de esta promoción destacará la llamada “Escuela de Barcelona”, a la que pertenecen
escritores como José Agustín Goytisolo, Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral. 

Siguen siendo críticos respecto a la sociedad en la que viven, pero su inconformismo renuncia
a la estética del “Realismo social”. Escriben una poesía más existencial y metafísica que social.
Los temas más frecuentes de su poesía son el fluir del tiempo, la evocación nostálgica de la
infancia y de la adolescencia, la familia, el amor, el erotismo y la vida cotidiana. Se da, pues, un
retorno a lo íntimo, una poesía de la experiencia personal. Manifiestan, en general, una gran
preocupación por el hombre, enlazando con la poesía existencial, y, del mismo modo, dan
muestras de inconformismo frente al mundo en que viven, pero cierto escepticismo les aleja
de la poesía social. No es raro el tono escéptico o irónico a la hora de tratar todos estos temas.
En cuanto al estilo, se alejan de las tendencias anteriores (rechazan el patetismo de la poesía
desarraigada y el prosaísmo de los poetas sociales) y buscan un lenguaje personal, sobrio y
preciso, pero lleno también de expresividad poética. La forma predomina sobre el contenido,
al contrario de los poetas sociales, y se siguen empleando técnicas vanguardistas,
especialmente del Surrealismo (por ejemplo, imágenes inverosímiles).

Ángel González. Es el ejemplo más claro de la transición de la poesía social al nuevo estilo
poético. Perdura en él el compromiso social, pero la crítica y la denuncia se expresan
preferentemente a través de la ironía y del humor ácido. Los juegos de palabras, la
andadura narrativa y el tono coloquial caracterizan muchos de sus poemarios, como
Tratado de urbanismo o Áspero mundo.

Jaime Gil de Biedma. Es quizá el escritor que más ha influido en sus compañeros de
promoción y en los poetas jóvenes posteriores. La poetización de su experiencia propia
adquiere con frecuencia un tono confesional y narrativo, con el que transmite una amarga
visión de su clase social (la alta burguesía). Combina el lenguaje conversacional y
antirretórico con la expresión precisa y elegante. Entre sus obras destacan Compañeros de 
viaje y Moralidades.

José Ángel Valente. Toda su poesía tiene como objetivo hallar la palabra precisa que
desvele la realidad, que ayude al descubrimiento del ser (al estilo de la poesía pura
juanramoniana); de ahí su carácter meditativo, sus versos densos y breves, y su lenguaje
sobrio y hermético. Obras representativas serían Poemas a Lázaro o El inocente.

Claudio Rodríguez. Sus libros forman una especie de biografía poética y personal. Don de 
la ebriedad se trata de una poesía de fervor lírico ante la vivencia inmediata y el contacto
del poeta con la tierra y el mundo campesino. En Conjuros, insiste en el vitalismo y en el
deseo de identificarse con las cosas sencillas y reconocerse en ellas. La búsqueda de la
armonía personal con el cosmos sigue siendo característica de poemarios posteriores
como Alianza y condena.

Los años setenta: los Novísimos. 

En 1970 J. M. Castellet publica una antología titulada Nueve novísimos poetas españoles donde
acoge a nueve poetas desconocidos, de los cuales tres no habían publicado un sólo libro. De
los nueve destacan Manuel Vázquez Montalbán (Una educación sentimental), Félix de Azúa
(El velo en el rostro de Agamenón) y Pere Gimferrer (Arde el mar). La nota común a todos es
que constituyen un nuevo vanguardismo y dan el último paso para la ruptura con la poesía
social.

Los temas característicos de este grupo incluyen motivos personales (la infancia, el amor...),
motivos públicos (la guerra del Vietnam...), temas graves (un íntimo malestar) al lado de una
insolente frivolidad; temas de las culturas clásicas (Grecia y Roma) y del Renacimiento italiano
(Florencia, Venecia...), pero también elementos de la cultura de masas: TV, cine, rock, cómic,
publicidad, los mitos del momento como Bob Dylan, Los Beatles, Marilyn…

En cuanto al estilo, se da preeminencia a la forma sobre el contenido. Adoptan elementos
surrealistas como las imágenes visionarias y oníricas, la escritura automática y la ausencia de
mayúsculas y de puntuación. Hacen gala de su amplia cultura intelectual y refinamiento, así
como cierto hermetismo al incluir palabras y frases de otros autores (culturalismo). La ironía,
el sarcasmo, la frivolidad y la gravedad revelan al mismo tiempo su inconformismo y
disidencia. También se servirán de otras técnicas tomadas del Vanguardismo, como el collage
y el flash cinematográfico. Por otro lado, en lo referente a la métrica, rechazan las formas
estróficas tradicionales y se decantan por el verso libre.

De los años ochenta hasta la actualidad. 

A mediados de la década de los ochenta, comparece una nueva promoción de poetas. Son los
postnovísimos o los poetas de la Generación de los ochenta, que traen una nueva poética. La
corriente más significativa dentro de esta generación es la llamada “Poesía de la experiencia”,
cuyos máximos exponentes serían Luis García Montero, autor de Habitaciones separadas y
Completamente viernes; Felipe Benítez Reyes, autor de Paraísos y mundos; Jon Juaristi con
Diario de un poeta recién cansado o Los paisajes domésticos; y Miguel d’Ors, entre otros, con
Es cielo y es azul o La imagen de su cara.

La poesía de la experiencia vuelve a situar el texto en un aquí y un ahora y busca un público
más amplio, lo cual la aleja del elitismo de los Novísimos. No toman como modelo corrientes
foráneas, sino que buscan la inspiración en poetas de la generación del 50 (Gil de Biedma, 
Ángel González…) o anteriores (Blas de Otero, poetas del 27…). En su temática incluyen hechos
cotidianos, la realidad urbana, temas íntimos o la preocupación por el paso del tiempo. La
reflexión sobre la vida se tiñe de un contenido anímico y emotivo, y la presencia de la
anécdota conduce muchas veces a poemas narrativos. El estilo se basa en el lenguaje
conversacional y en el monólogo dramático.
Junto a la poesía de la experiencia otras corrientes líricas que han tenido relevancia en estas
últimas décadas son la poesía culturalista, de tendencia clasicista, que se caracteriza por la
exaltación del lujo y de la cultura mediterránea (sobre todo helenística e italiana), así como por
su carácter elitista y su culto a la belleza y el erotismo. Su principal representante es Luis 
Antonio de Villena. Por otro lado, también son notables los resultados de la poesía
experimental, cuyos máximos exponentes son Blanca Andreu y José Miguel Ullán. También
son notables otras tendencias, como el Neorromanticismo (Antonio Colinas); la Poesía del
silencio (Jaime Siles), la Poesía épica (Julio Llamazares) o la Poesía sensualista o del nuevo
erotismo (Ana Rossetti).




La poesía española en el siglo XVI.

Una vez que hemos visto el tema en clase, vamos a ampliar contenido para descubrir más sobre los autores estudiados.

Garcilaso de la Vega:




Garcilaso de la vega nació en 1501 y murió en Niza el 1536 fue un poeta renacentista español, de familia aristócrata y contaba con formación literaria y cortesana, desde muy joven estuvo interesado en la política de castilla. En 1510 ingresó en la corte del emperador Carlos I donde tuvo que asistir a numerosas batallas militares y políticas. Y pocos años más tarde en 1523 fue nombrado caballero de Santiago. Al vivir en la corte conocerá un clima más renacentista. En 1525 se casa con Elena de Zúñiga, pero en 1526 conocerá a su fruente de inspiración por gran parte de su obra, Isabel Freire, que al casarse con otro hombre destrozara a Garcilaso. Como su 1ª égloga Cántico de Salicio y Nemeros. Acompaño al emperador a su coronación en Bolonia en 1530 poniéndose en contacte con la poesía italiana. Permaneció allí un año, hasta que por fue desterrado por Carlos I a la isla de Schut, en el Danubio, y después a Nápoles, donde residió a partir de entonces. Herido de muerte en combate, durante el asalto de la fortaleza, en Provenza, Garcilaso fue trasladado a Niza, donde murió. Garcilaso encarnaba al ideal del perfecto cortesano, ya que era hombre de armas y letras.

Obra

Las obras poéticas de Garcilaso fueron publicadas por primera vez siete años después de su muerte.

A pesar de su enorme importancia, la obra de Garcilaso no es de larga extensión. Consta de tres églogas, dos elegías, una epístola poética, cinco canciones, treinta y ocho sonetos, y unas pocas composiciones breves a la manera tradicional (versos octosílabicos). Escribió también tres odas en latín.
Las tres églogas son lo más representativo de la poesía de Garcilaso. Las tres fueron compuestas durante una estancia del poeta en Nápoles.

La Égloga I, intervienen dos pastores, Salicio, quien lamenta los desdenes de Galatea, y Nemoroso, quien llora la muerte de Elisa.

En la Égloga II consta de dos partes: en la primera, el pastor Albanio demuestra sus amores por Camila, y en la segunda, Nemoroso hace una apología, de manera alegórica, de la Casa de Alba.

La Égloga III fue posiblemente la última composición escrita del poeta. Describe un paisaje del Tajo, bellamente idealizado, al que acuden diversas ninfas que tejen les mejores de las telas. La égloga termina con un diálogo de los pastores Tirreno y Alcino, que cantan la belleza de Flérida y de Filis, a las que querían respectivamente.

En los sonetos siempre habla sobre el tema amoroso y de sus canciones se puede destacar la flor de Gnido. La palabra con que termina el primer verso, «si de mi baja lira», ha dado nombre a este tipo de estrofa (la lira), utilizada entonces por primera vez en castellano.

El amor y la naturaleza en la poesía de Garcilaso

La poesía de Garcilaso gira en torno a dos grandes temas: el amor y la naturaleza. El sentimiento amoroso es el centro de su lírica.

Garcilaso es uno de los grandes poetas del amor porque sigue la moda petrarquista del tema amoroso y el sentimiento real vivido del poeta.
Él inicia con el tema amoroso una poesía intimista y lo convierte en el maestro de otros poetas posteriores.

También incorpora la naturaleza a la poesía castellana, sobre todo en las Églogas que en ellas el elemento natural tiene tanta importancia como el diálogo de los personajes que protagonizan las historias.

Estilo

La obra de Garcilaso supone la creación del lenguaje poético renacentista, es elegante y natural al mismo tiempo. Se basa en el léxico refinado pero al mismo tiempo sencillo, en los abundantes epítetos y en la musicalidad del endecasílabo. A partir de Garcilaso el soneto se convierte en la estrofa básica de la poesía culta castellana, llega hasta el siglo XX. Puede decirse que toda poesía posterior está condicionada por la obra de Garcilaso.

Soneto V


Fray Luis de León

La poesía de Fray Luis León sintetiza la cultura renacentista y el pensamiento cristiano. Plantea temas morales, influido por Platón, Virgilio y Horacio, de quien procede su estoicismo: el deseo de lograr la virtud, el ansia de paz espiritual, o la alabanza de la vida sencilla.

 Vida
Nacido en Belmonte, Cuenca en 1527. Ingresa en la orden de los agustinos de Salamanca. Estudió en Alcalá de Henares y en Salamanca, donde obtuvo dos cátedras, y después llegó a ser profesor de Sagrada Escritura.

Fray Luis de León fue un hombre muy culto y fue considerado como uno de los más sabios hombres de su tiempo, y no sin razón, pues conocía a fondo las lenguas orientales, y sus estudios abarcaban todo el campo del saber humano de entonces

 

En 1572 fue acusado ante la Inquisición y encarcelado un tiempo por defender la lectura de la Biblia en su lengua original, es decir, no a través de las traducciones latinas, pues Fray Luis era de origen judío. También se le acusaba de traducir el Cantar de los Cantares, obra que fue el fundamental para el desarrollo de la mística posterior, i algo prohibido por entonces tras el Concilio de Trento. Después de un período de cinco años en la cárcel de la Inquisición en Valladolid, es absuelto por el tribunal. Regresa a Salamanca donde seguirá enseñando en la universidad hasta 1591, el año de su muerte.


Obra

Fray Luis de León era un gran conocedor de la teología, especialmente la bíblica. Además de poeta fue un extraordinario traductor del latín y del hebreo. El conocimiento que tenía de las lenguas bíblicas , el griego y el hebreo le facilitó el acceso a los textos originales,  tradujo a los poetas latinos Horacio y Virgilio, y también tradujo los salmos biblicos. Fray Luis de León criticó las traducciones latinas de la Biblia, que respetaban poco los textos de la versión hebrea. Además de estas obras de carácter teológico escritas en latín, escribió obras en prosa y verso en castellano.


  • Obra en prosa

     

Escribió libros de tema moral y religioso, como :

Cantar de los Cantares: una traducción del libro de la Biblia. Se aparta de la interpretación propia de la época y basándose en el texto hebreo lo analiza como un diálogo de amor humano.  Una vez fuera de la prisión, escribió un comentario en latín, la Explanatio in Cantica Canticorum, donde ofrece tres interpretaciones diferentes para cada capítulo.

La perfecta casada: Inspirado en el Libro de los proverbios, ofrece una reflexión sobre las virtudes que han de adornar a la mujer casada. Esta obra fue considerada el manual de perfección para la mujer cristiana.

La exposición del libro de Job:  traducción al castellano del texto hebreo. El libro intenta relacionar la experiencia de Job con la suya propia, a su paso por la cárcel de la Inquisición.

De los nombres de Cristo: Es un comentario sobre las diferentes denominaciones que recibe Jesucristo en los libros sagrados. El propósito del libro es la divulgación de la nueva exégesis bíblica.


  • Obra poética

     

Fray Luis de León no vio publicada su obra durante su vida, la primera edición que tenemos de su obra es la que hizo Quevedo en 1631, cuarenta años después de la muerte de Fray Luis.

La mayor parte de la poesía de Fray Luis de León son odas, cantos de alabanza, escritas en liras, siguiendo el modelo introducido por Garcilaso.

La poesía de Fray Luis presenta tres fuentes principales: la Biblia, el humanismo renacentista y el clasicismo. Fray Luis escogerá una de las estrofas de aquella corriente poética, la lira, para expresar su pensamiento poético.

Los temas de que trata tienen un tono moral que refleja la influencia de los clásicos: Platón, Virgilio y, sobre todo, Horacio, de quien toma el estoicismo, es decir, el anhelo de la virtud mediante el dominio de las pasiones, la búsqueda de lo espiritual o el elogio de la vida sencilla campestre. En su afán por alcanzar la armonía y la paz interior, Fray Luis utiliza términos que funcionan en un doble plano, denotativo y connotativo. Fray Luis toma también gran parte de su léxico de campos semánticos asociados con la naturaleza: el mar, el viento, la noche, el aire, el monte.

Muy conocida es la Oda a la vida retirada, que recrea el tópico de beatus ille (feliz aquel) a imitación de Horacio. Noche estrellada, manifiesta el anhelo y la nostalgia del cielo. Fray Luis también compuso algún poema de tono épico, como La profecía del Tajo.


Estilo

La lengua de Fray Luis de León es similar a la de Garcilaso de la Vega y al modelo renacentista porque es natural y elegante, pero también refleja el influjo de Horacio por la amplitud de las frases y por los numerosos cultismos que encontramos en ella.

En cuanto a la métrica, es insuperable su dominio de los efectos rítmicos. Fray Luis compuso la mayoría de sus poemas en liras y se ven variadas modulaciones de ritmo y de tono: ora suave y apacible, ora nervioso y desgarrado. Es muy cuidadoso, como demuestran el magistral uso de los encabalgamientos que marcan el ritmo de los poemas, y el uso de aliteraciones.

Vida retirada
Abajo    ¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal rüido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido! 5
    Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado. 10
    No cura si la Fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera. 15
    ¿Qué presta a mi contento,
si soy del vano dedo señalado;
si en busca deste viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado? 20
    ¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh, secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso. 25
    Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero. 30
    Despiértenme las aves
con su cantar sabroso, no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido. 35
    Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo. 40
    Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera,
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto. 45
    Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura. 50
    Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo. 55
    El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso rüido,
que del oro y del cetro pone olvido. 60
    Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían. 65
    La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía. 70
    A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada
me baste; y la vajilla
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada. 75
    Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando. 80
    A la sombra tendido,
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.



San Juan de la Cruz





Nace en 1542 en Fontiveros, un pueblo de Ávila, a los 6 años muere su padre y se traslada con su madre a los 17 años a un colegio para estudiar humanidades. En el año 1563 se convierte en fraile en la orden religiosa Carmelita. Al año siguiente se traslada a Salamanca para estudiar teología. En 1567 se convierte en sacerdote.

San Juan de la Cruz quería cambiar las órdenes monásticas y por eso fue aprisionado en el convento de Toledo. Huye y se esconde en el convento de Jaén. De esta aventura nace su obra “Cántico espiritual”. Le encuentran y le vuelven a convertir prisionero en el convento de Pañuela, en Sierra Morena. Es allí donde termina sus principales obras literarias.
 

Cuando es excarcelado, y se tiene que trasladar a América, el 14 de Diciembre de 1591, muere a la edad de 49 años.
 

La poesía mística


Expresa la unión del alma con la divinidad, que compara con la unión de los dos enamorados. San Juan de la Cruz es el poeta místico más importante de la lengua española. La mística es un género difícil de expresar con el lenguaje común, por eso los autores recurren a la poesía. Se expresan con los tópicos de amor humano.
 
La mística intenta la transmisión de la belleza del amor divino. 

la Mística recorre tres vías o caminos

Vía purgativa

La vía purgativa consiste en la purgación de la memoria, entendida como potencia del alma, para limpiarla de los apegos sensitivos que provienen del cuerpo. En palabras de San Juan de la Cruz:
Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas.
El apetito como tal no tiene por qué ser malo pero sí lo es el apego o gusto que provoca en la memoria, porque la impide orientarse plenamente hacia Dios. La privación corporal y la oración son los principales medios purgativos. El estado en que se sume la memoria se llama esperanza.

La vía iluminativa consiste en la elevación del entendimiento hacia Dios, entendido como potencia del alma. Una vez limpio el entendimiento de toda relación con las criaturas queda vacío para entregarse a la sabiduría oscura o sabiduría secreta que se sabe sin necesidad de entender, experiencia que en la mística se llama Fe.

La vía unitiva consiste en la purificación de la voluntad, entendida como potencia del alma. En ella el alma alcanza el grado más perfecto de la unión con Dios, ya que ha vaciado su propia voluntad, lo más suyo para entregarla a Dios. Es es el grado más perfecto de la caridad.
 

La poesía de San Juan de la Cruz

La poesía de San Juan de la Cruz nos pone frente a erizados problemas. Los poemas del Santo pueden dividirse en mayores (los que están en metro endecasílabo) y menores (los demás). Los mayores son cuatro: el Cántico espiritual, la Noche oscura, la Llama de amor viva y el del Pastorcico.
  
Los tres primeros fueron comentados en prosa por el mismo poeta. De modo que al lado de la Llama de amor viva, hay los comentarios a la Llama, y al lado del Cántico espiritual, los comentarios al Cántico. Pero es preciso tener en cuenta que la Noche oscura fue comentada dos veces en prosa por su autor, con texto muy diferente: una vez en el comentario que también lleva por título Noche oscura del alma y otra vez en el llamado Subida al Monte Carmelo. Aparte quedan las demás poesías, que no fueron comentadas en prosa por su autor.


De los poemas que hemos llamado mayores, sólo el del Pastorcico no tiene comentario. Ninguna de las poesías que he llamado menores fueron comentadas. Son muy pocas (cinco coplas y diez romances). 
  
La obra poética de San Juan de la Cruz es, pues, muy breve. Las mayores dificultades de la poesía española nos las ofrece San Juan de la Cruz. El problema más arduo que se nos plantea es el de las relaciones mutuas entre poesía y experiencia mística, y entre poesía y comentarios en prosa.

Estilo
 

Su estilo es inefable. Por inefable entendemos aquello que no puede explicarse con palabras. La poesía mayor de San Juan de la Cruz es un intento de expresar una experiencia de amor supremo que, por su condición especial, resulta difícilmente comunicable. 
En el prólogo de Cántico espiritual, el propio San Juan nos previene ya sobre las dificultades para la expresión de su experiencia singular:
 Sería ignorancia pensar que los dichos de amor en inteligencia mística, cuáles son los de las presentes canciones, con alguna manera de palabras se puedan bien explicar.
 

Ante esta dificultad, el poeta tiene que valerse del lenguaje normal sobre los sentidos y sobre el amor humano.


A pesar de todo, la experiencia mística es inefable, y sólo podrá darse de ella "alguna luz general", pues el lenguaje resulta siempre insuficiente. Ocurre algo parecido a cuando, tras contemplar un hecho maravilloso, nos faltan palabras para describirlo.

Para la expresión de lo inefable "la unión mística", San Juan recurre con frecuencia a un lenguaje lleno de paradojas, antítesis, símbolos y metáforas. Todos estos recursos reflejan la dificultad que el poeta encuentra para transmitir su experiencia mística.

El amor, motivo central de toda su poesía, proyecta sobre los versos de San Juan una carga de afectividad que se refleja en el uso abundante del tono exclamativo y del diminutivo. 

En cuanto al léxico, se da en la poesía de San Juan un original contraste entre términos cultos y populares, así como un uso predominante del sustantivo que, escasamente adjetivado, adquiere un especial relieve.

Trailer de la película Noche oscura del alma, de Carlos Saura





Apéndice sobre Iniciación al Comentario de Textos


Como medir rima versos.

Como sabes, la medida del verso se cuenta en sílabas. Para que las palabras sumen el número de sílabas exigido por el molde rítmico, puede recurrirse a la sinalefa, pero también a la diéresis y la sinéresis , como en los siguientes versos endecasílabos:
'Con--el-[sü-a]-ve--can-[to--en]-ter-ne-cie-se' (diéresis y sinalefa)
'Aé-rea--co-mo--do-ra-da--ma-ri-po-sa' (sinéresis)
Los versos reciben diferentes nombres, según el número de sílabas que los formen.
Son versos de arte menor los que tienen un máximo de ocho sílabas:
Tipo de versoAlgunos ejemplos
Tetrasílabos (4 sílabas)"¿Quién lo duda?" Jorge Manrique
Pentasílabos (5 sílabas)"¡Si me llamaras!" Pedro Salinas
Hexasílabos (6 sílabas)"Sombras le avisaron" Lope de Vega
Heptasílabos (7 sílabas)"¡Cima de la delicia!" Jorge Guillén
Octosílabos (8 sílabas)"Con sólo tu voz y el viento" Antonio Machado
Son versos de arte mayor los que tienen nueve o más sílabas:
Tipo de versoAlgunos ejemplos
Eneasílabos (9 sílabas)"Juventud, divino tesoro" 
Rubén Darío
Decasílabos (10 sílabas)"Cendal flotante de leve bruma" 
Gustavo Adolfo Bécquer
Endecasílabos (11 sílabas)"Andábamos cogiendo tiernas flores" 
Garcilaso de la Vega
Alejandrinos (14 sílabas)"Mis auroras futuras y furtivos nocturnos "
Luis Cernuda

ACTIVIDADES


Prezi sobre cualquiera de los autores estudiados en el tema: 
Garcilaso de la Vega, 
Fray Luis de León o 
San Juan de la Cruz.

Ejemplo de Presentación mediante Prezi




Para saber más sobre GARCILASO DE LA VEGA y su OBRA

Como es sabido, Garcilaso de la Vega es uno de los grandes poetas amorosos de la Literatura española. El soneto V que ofrecemos más abajo se inicia con la evocación del momento en el que la contemplación del rostro de su amada (probablemente Isabel Freire) le produce tal conmoción que desde ese instante ella se convierte no solo en su razón de amor, sino también en su razón poética. No es que ella le inspire sus versos, sino que de su belleza nace la misma poesía. En realidad, él se siente incapaz de comprender tanta grandeza, pero decidido a dedicarle su vida y a dejarse llevar como si fuera una especie de médium. Al fin y al cabo, para quererla nació, están hechos el uno para el otro: ella es la razón de su existencia. No solo le declara su amor, sino que le promete fidelidad absoluta.

Se trata de un soneto típicamente renacentista, con un fuerte neoplatonismo inspirado en los Diálogos de amor de León Hebreo. En los cuartetos domina un tono de serena reflexión, que da paso al sentimiento un tanto desbordado de los tercetos, quizá dos de los más hermosos de la lírica española. Esa distribución dota a la composición de equilibrio, de mesura, de perfección.

Se recomienda, como toda poema, que sea leído en voz alta un par de veces, dándole entonación y explicándolo debidamente. A continuación es el momento de la lectura silenciosa e individual.

    Escrito’stá en mi alma vuestro gesto
    y cuanto yo escribir de vos deseo:
    vos sola lo escribistes; yo lo leo
    tan solo que aun de vos me guardo en esto.

    En esto estoy y estaré siempre puesto,
    que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
    de tanto bien lo que no entiendo creo,
    tomando ya la fe por presupuesto.

    Yo no nací sino para quereros;
    mi alma os ha cortado a su medida;
    por hábito del alma misma os quiero;

    cuanto tengo confieso yo deberos;
    por vos nací, por vos tengo la vida,
    por vos he de morir, y por vos muero.

  • ¿Qué significan: “gesto”, “guardarse de”, “presupuesto”, “hábito”?
  • ¿Dirías que hay cierta hiperbolización en la expresión de los sentimientos? ¿En qué versos?
  • Fíjate en los dos versos finales. Hay una correlación entre la primera parte de cada uno: “por vos nací” / “por vos he de morir” y la segunda: “por vos tengo la vida” / “y por vos muero”. Tal recurso se denomina paralelismo.
  • ¿Crees que tienen vigencia hoy estos versos? Razona tu respuesta.
En la presentación en power point de este poema, que recomendamos visualizar, como el resto, una vez leídos, explicados y asimilados los versos, lo hemos montado con la ilustración de un fragmento del cuadro de Tiziano: “Tres edades del hombre”, donde una pareja amartelada se extasía contemplándose. Ante tal cuadro es fácil recrear una declaración amorosa como la del soneto y nos sirve para poner en relación poesía y pintura. El complemento perfecto sería un acompañamiento musical recacentista. Lo que pretendemos es facilitarles la lectura a través de un soporte diferente para hacer perder el miedo a la poesía e ilustrarlo con una imagen que les ayude a su comprensión.

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Miradas que matan
Se trata de un poema muy filosófico a través del que se intenta racionalizar el amor, explicar cómo se produce a partir del lenguaje de la mirada. En los cuartetos describe cómo de los ojos de la amada salen “espirtus vivos”, que se dirigen a los del amado, para llegar hasta su corazón, que es donde según la filosofía escolástica se formaban los llamados “cuerpos sutiles”, (tales “espirtus” lo son) usados por el alma, en este caso, para enamorar. Así, de los ojos del enamorado salen miradas de respuesta, que esperan una correspondencia. Tal juego de complicidades visuales entre los enamorados alimenta el amor y se graba en el alma.

Por eso, cuando el ser querido no se halla presente, la memoria, una de las potencias del alma, lo evoca. En los tercetos describe la impotencia, el dolor, la frustración que experimentan sus “espirtus” ante la ausencia de las miradas de su enamorada.

Para sentir del poema piense el lector en las sensaciones que experimenta cuando recibe las miradas de alguien que le gusta y en cuánto desea volver a sentirlo cuando hace tiempo que no ve a esa persona. Así será más fácil comprender los versos de Garcilaso.

    De aquella vista pura y excelente
    salen espirtus vivos y encendidos,
    y siendo por mis ojos recebidos,
    me pasan hasta donde el mal se siente;

    éntranse en el camino fácilmente
    por do los mios, de tal calor movidos,
    salen fuera de mí como perdidos,
    llamados d’aquel bien que ’stá presente.

    Ausente, en la memoria la imagino;
    mis espirtus, pensando que la vían,
    se mueven y se encienden sin medida;

    mas no hallando fácil el camino,
    que los suyos entrando derretían,
    revientan por salir do no hay salida.

  • Hay una canción de “Estopa” titulada “Ojitos rojos”, cuya letra dice en un momento: “Y te veo con los ojos cerrados / te sueño con los ojos abiertos”. El estribillo no es otro que: “Me rajo si me ojeas de reojo / de lejos me cojo una jarra y me mojo / que tus ojitos rojos me ponen”. Comenta las semejanzas entre ese “poner” los ojitos rojos y los “espirtus vivos” de Garcilaso.
  • Con un estilo de música completamente distinto puedes escuchar una canción de “Hombres G” que lleva por título “Te vi”, donde se coincide en el tratamiento del tema del intercambio de miradas. ¿Qué papel crees que desempeña el leguaje no verbal en las relaciones humanas? ¿Cómo justificarías que coincidan músicos actuales tan distintos con un poeta del siglo XVI al tratar el tema de la mirada?
  • Lee en www.bauleros.org/ojos.html el célebre madrigal “Ojos claros, serenos” de Gutierre de Cetina y compáralo con el poema de Garcilaso.
Para la presentación en power point de este “Soneto VIII” hemos elegido la enigmática mirada de la llamada “Venus de Urbino” de Tiziano. Así, completamos el tema de la mirada con su tratamiento pictórico, cuyo interés acaparó ya la atención de Leonardo da Vinci y preocupó a Velázquez.

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Carpe diem
Si hubiera que elegir un solo soneto para explicar rápidamente la mentalidad del hombre renacentista quizá habría que elegir el “Soneto XXIII” de Garcilaso, en el que es posible observar la imitatio de un verso atribuido a Ausonio: “Collige, uirgo rosas...”, una invitación al gozo (carpe diem), el tópico idealizado de la mujer renacentista y la serenidad y reflexión propias del que aspira a imitar a los clásicos y a los grandes humanistas.

Hágase en esta ocasión una lectura silenciosa e individual para contestar a las preguntas propuestas

    En tanto que de rosa y d’azucena
    se muestra la color en vuestro gesto,
    y que vuestro mirar ardiente, honesto,
    con clara luz la tempestad serena;

    y en tanto que’l cabello, que’n la vena
    del oro s’escogió, con vuelo presto
    por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
    el viento mueve, esparce y desordena:

    coged de vuestra alegre primavera
    el dulce fruto antes que’l tiempo airado
    cubra de nieve la hermosa cumbre.

    Marchitará la rosa el viento helado,
    todo lo mudará la edad ligera
    por no hacer mudanza en su costumbre

  • Fíjate atentamente cómo en los cuartetos describe físicamente a su amada. ¿En qué partes se fija? ¿Cómo dirías que es tras la lectura?
  • ¿A qué la invita en el primer terceto? Justifica tu respuesta.
  • En el segundo terceto da la razón moral para justificar su invitación anterior. ¿Cuál es esa justificación?
  • ¿Crees que esa mujer que describe responde a una realidad o a un modelo idealizado? ¿Existen hoy modelos ideales de mujeres y de hombres que se difundan a través de los medios de comunicación? ¿Qué consecuencias negativas puede tener confundir modelos ideales con la realidad?
En la presentación que realizamos del poema hemos seleccionado un fragmento del famoso “Nacimiento de Venus” de Botticelli, aunque le hubiera venido muy bien también “La Primavera” del mismo autor, fácilmente localizable en Internet. Al aunar el poema y el rostro de Venus se capta mucho mejor la idealización neoplatónica de la belleza femenina, así como la serenidad. Tras la contemplación y relectura del soneto a través de la presentación resultaría muy productivo debatir sobre la idealización de la belleza e incluso comparar las mujeres de la poesía y de la pintura renacentista con las de muchos anuncios publicitarios en los que se reproducen más o menos imágenes semejantes de mujeres, incluso con sus melenas al viento.

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Garcilaso rallado
Elegimos el adjetivo rallado, no incluido en el DRAE, pero cuya acepción entre los jóvenes como sinónimo de turbado, obsesionado, sí recoge el Diccionario Clave de SM.

En este poema Garcilaso expresa de una forma más desagarrada sus emociones y sentimientos, si bien conviene reparar en cómo refrena ese desgarrón para impedir que se rompa la serenidad a la que está obligado todo renacentista.

    Un rato se levanta mi esperanza,
    mas cansada d’haberse levantado,
    torna a caer, que deja, a mal mi grado,
    libre el lugar a la desconfianza.

    ¿Quién sufrirá tan áspera mudanza
    del bien al mal? Oh corazón cansado,
    esfuerza en la miseria de tu estado,
    que tras fortuna suele haber bonanza!

    Yo mesmo emprenderé a fuerza de brazos
    romper un monte que otro no rompiera,
    de mil inconvenientes muy espeso;

    muerte, prisión no pueden, ni embarazos,
    quitarme de ir a veros como quiera,
    desnudo espirtu o hombre en carne y hueso. 

  • ¿Cómo logra el poeta no caer en el pesimismo?
  • ¿Crees que mantiene la estructura equilibrada entre cuartetos y tercetos en este soneto? ¿Cómo lo consigue?
  • ¿Qué significado le darías al terceto final?
Acompañamos los versos en esta ocasión con un fragmento de “Damone se lamenta de su amor no correspondido” de Andrea Previtali.

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Dafne transformada y Garcilaso enamorado
Antes de acercarse al poema sugerimos leer con ayuda del profesor la fábula mitológica de Apolo y Dafne en Metamorfosis de Ovidio, obra fundamental en la que se inspiraron poetas, pintores y músicos renacentistas. Se encuentra en Internet en Cervantes virtual.

Es importante captar cómo Garcilaso consigue en ocho versos describir con gran vivacidad y dinamismo la transformación de Dafne en laurel y en seis la perplejidad, el dolor y la impotencia de Apolo ante la bella reducida a árbol. Difícilmente se puede concentrar tanto dramatismo e intensidad poética en tan pocos versos. Se trata de una auténtica joya literaria, perfecta por su combinación de esteticismo y lirismo, que, además, nos ofrece un claro ejemplo del uso de la mitología clásica en la poesía renacentista.

    A Dafne ya los brazos le crecían
    y en luengos ramos vueltos se mostraban;
    en verdes hojas vi que se tornaban
    los cabellos qu’el oro escurecían;

    de áspera corteza se cubrían
    los tiernos miembros que aun bullendo ’staban;
    los blancos pies en tierra se hincaban
    y en torcidas raíces se volvían.

    Aquel que fue la causa de tal daño,
    a fuerza de llorar, crecer hacía
    este árbol, que con lágrimas regaba.

    ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
    que con llorarla crezca cada día
    la causa y la razón por que lloraba!

  • ¿Qué crees que pretende expresar el poeta en este soneto?
  • Si como algunos críticos creen este poema lo escribe tras la muerte de su amada Isabel Freire, ¿cómo afectaría ese hecho a la interpretación del texto?
  • ¿Qué crees que aporta la mitología a la expresión de los sentimientos personales del toledano?
A pesar de que Garcilaso pudo ver en Italia el “Apolo y Dafne” de Pollaiolo, con el que podríamos haber ilustrado la presentación en power point, hemos preferido ofrecer la soberbia escultura de Bernini, ejemplo de perfección escultórica y uno de los trabajos más sugerentes de su autor.

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Como complemento de la lectura con imágenes de Garcilaso sería buen ejercicio que los alumnos montaran por parejas una diapositiva con un poema de Garcilaso o de algún otro poeta renacentista y un cuadro alusivo. Para ello puede acudirse a la biblioteca de textos dewww.cervantesvirtual.com, a las páginas dedicadas a Garcilaso:www.garcilaso.orgwww.cvc.cervantes.es, a las explicaciones de Arte de www.artehistoria.com. Utiles serán también las páginas de las grandes pinacotecas, fácilmente accesibles a través de los buscadores convencionales.